El sorprendente comportamiento del cerebro cuando las personas se hablan a sí mismas
Para los expertos, hablar con uno mismo es una simulación del habla abierta. Enterate de qué significa esto.
El diálogo interno puede ser una forma efectiva de reflexionar y aclarar ideas, proporcionando un sentido de claridad mental y autoentendimiento.
La tendencia a hablar solo también puede estar vinculada a la necesidad humana de expresarse y, al verbalizar pensamientos, se activan diferentes áreas del cerebro, facilitando la comprensión y asimilación de la información.
En muchos casos, hablar con uno mismo se convierte en un acto reflexivo y terapéutico. Sin embargo, la ciencia estudió este fenómeno por el cual «escuchamos» lo que pensamos.
Ciencia: ¿por qué las personas hablan con su yo interior?
Según explica Hélène Loevenbruck, investigadora senior de neurolingüística y jefa del equipo de lenguaje en el Laboratorio de Psicología y NeuroCognición del CNRS, en un artículo para la revistaLive Science, «se cree que los monólogos internos son una simulación del habla abierta».
Además, «las regiones cerebrales activadas durante el habla interna son bastante similares a las que se activan durante el habla abierta durante el habla real», agrega Loevenbruck.
En la etapa de crecimiento, los niños suelen hablar consigo mismos en voz alta, pero desde los 5 a 7 años esa verbalización se inclina hacia adentro.
En ese sentido, «cuando juegas tú mismo, los centros auditivos del lado izquierdo de tu cerebro se activan«, describe Loevenbruck.
Del mismo modo, ocurre cuando se cambian los roles para interpretar a la persona con la que se discute, «hay una especie de cambio de activación de la región cerebral hacia el hemisferio derecho«.
Por otra parte, se cree que la red de modo predeterminado del cerebro (DMN) está involucrada con aspectos del pensamiento interno, como recuperar recuerdos, imaginar el futuro o sensaciones.
¿Cómo se comporta el cerebro cuando hablamos solos?
La DMN es una red de regiones cerebrales que muestra una mayor actividad cuando la mente no está enfocada en tareas específicas externas. Esta se activa durante estados de reposo mental, reflexión interna y cuando la mente divaga sin una tarea cognitiva específica.
Hablar con uno mismo involucra la producción de pensamientos y la verbalización interna de estos, activando regiones cerebrales asociadas con el lenguaje y la comunicación.
Por otra parte, los expertos han observado que el acto de hablar consigo mismo puede contribuir a la autorregulación emocional y al manejo del estrés, ya que proporciona una vía para expresar y procesar emociones internas.
En general, el cerebro demuestra una capacidad dinámica y adaptativa al interactuar consigo mismo, aprovechando diversas áreas para facilitar el pensamiento, la comunicación interna y la autorreflexión.
Fuente: El Cronista